miércoles, 17 de abril de 2024

Baudelaire y el surrealismo (1)

Aunque Baudelaire no sea una referencia del surrealismo como Lautréamont o Jarry (o Sade, o Rimbaud), sí que es una de sus fuentes cardinales. Gérard Legrand sintetiza su significación para el surrealismo en la nota que escribió para el Dictionnaire général du surréalisme et de ses environs:


En el juego surrealista de las calificaciones (Littérature, n. 18, 1921), obtiene un 9 del -25 al 20, si bien debe considerarse que las medias finales estaban tergiversadas por el sabotaje de Tristan Tzara, que a casi todos ponía un -25. André Breton llega al 18, Aragon le da un 17, Péret, Fraenkel y Drieu de la Rochelle puntúan 14, y Rigaut, Soupault y Éluard 12.

Dos años después, Max Ernst le consagra este dibujo, titulado Baudelaire regresa tarde:


En 1924, o sea hace ahora exactamente cien años, Breton profiere la sentencia "Baudelaire es surrealista en la moral" (la cuestión Baudelaire y Breton está perfectamente tratada en el artículo que dedica al primero Henri Béhar en su Dictionnaire André Breton). A fin de año surge La Révolution Surréaliste, con esta espectacular declaración por la imagen que adoptaba el homenaje a Germaine Berton, aunque la frase de Baudelaire (tomada de su prefacio a Los paraísos artificiales) fue elegida por Paul Éluard:


Entre 1931 y 1934, Paul Nougé compone La parole est á Baudelaire, dos poemas de Las flores del mal y tres de los Pequeños poemas en prosa "embellecidos". Se trata de "La giganta", "Las tinieblas", "Cada cual, con su quimera", "¿Cuál es la verdadera?" y "El tirador galante":





Como ejemplo, veamos "La giganta" de Baudelaire y la de Baudelaire-Nougé:


Pero hay más: Nougé utiliza "Las tinieblas" ("La enamorada fiel"), relacionándolo con tres cuadros de Magritte para una publicación que iba a aparecer en París durante la Ocupación, lo que no ocurrió por falta de dinero; Marcel Mariën lo incluye en la recopilación de 1945 La Terre n'est pas un vallée de larmes. Los títulos de los cuadros de Magritte son El claro del bosque (que, a su vez, inspirará un poema de Jacques Wergifosse), La vida feliz y El universo prohibido.





En una conferencia de 1938, Magritte dice: "El árbol como objeto de problema se convirtió en una gran hoja cuyo tallo era un tronco que plantaba sus raíces directamente en el suelo. En recuerdo de un poema de Baudelaire, le llamé La giganta". Según otra versión, la idea inicial para La parole est à Baudelaire era que Nougé apoyara con un texto un cuadro hecho por Magritte en 1931, donde representaba a una mujer de proporciones desmesuradas, primera versión de "La giganta", cuyo título iría finalmente a esa conocida obra, fácil de ver en la red.

1933 es un año importante por lo que respecta a Baudelaire y el surrealismo. Marcel Raymond publica uno de los ensayos más celebrados de la época, De Baudelaire al surrealismo, a la vez que aparece en polaco De Baudelaire a los surrealistas, Traducciones y bocetos de la literatura francesa moderna, por Stefan Napierski, quien luego sería asesinado por los nazis (esta obra ha sido reeditada en 2012), y en el número 1 de Minotaure Paul Éluard da a conocer un notable ensayo baudeleriano:



Baudelaire, por supuesto, aparece en 1938 en el Dictionnaire abregé du surréalisme, con sendas citas de Rimbaud y, precisamente, Éluard: "Baudelaire est le premier voyant, roi des poètes, un vrai Dieu"; "Baudelaire aux bras tendus, aux mains ouvertes, juste entre les hommes, homme entre les justes et Baudelaire malheureux, oublié, exilé, absurde. Baudelaire blanc, Baudelaire noir, jour et nuit le même diamant, dégagé des poussières de la mort".

domingo, 14 de abril de 2024

Alfred Jarry y el surrealismo (y fin)

El catálogo Ivam muestra en su página 157, sin dar más explicaciones, tres "modificaciones" de Enrico Baj tituladas Ubú en la nieve, Ubú en la montaña y Ubú a orillas del agua datadas en el año 2000. He aquí la primera de ellas:


En 2002, Jorge Camacho traduce uno de los poemas de Les minutes de Sable Mémorial para una colección onubense de poesía, y precede la traducción de una presentación tan interesante como la versión que nos da:



 Stuart Inman descubre a Ubú ahorcado en 2004:


En 2008 publica Raúl Henao La doble estrella, preciosa recopilación de artículos y ensayos, con unas páginas consagradas a Jarry:



Ese mismo año aparecía uno de los libros más bellos e insólitos de lo que va de siglo: La graphicha de André Mimiague, que era imposible dejara de contar con el rey Ubú, la invención genial del "gran perturbador":


A fines de 2015, Xesús González Gómez publicó una serie de trabajos muy documentados e incisivos sobre las representaciones ubuescas realizadas en 1896, 1937 y 1945.

En ese mismo año elabora Alex Januário su Jarry y la visión ardiente


Y en 2020, Alberto Mayol lo incluye en su "tarot" de veinte ases, como uno de los grandes precedentes del surrealismo:


Despedimos con otro collage, este de Lou Dubois, realizado para ilustrar la reedición del artículo de su maestro Sarane Alexandrian sobre Breton como "descubridor y redescubridor de escritores". En este ensayo, reeditado en 2022, Jarry aparece junto a Lautréamont, Sade, Rimbaud, Roussel y otros pocos. 

miércoles, 10 de abril de 2024

Alfred Jarry y el surrealismo (años 80 y 90)

En 1982, Roberto Matta ilustra el facsímil de la primera edición de Ubú rey, seguida de "La canción del descerebramiento", con ocho grabados a color, sueltos, y además un aguafuerte. Las imágenes se encuentran fácilmente en la red.




En 1984, Enrico Baj organiza en Milán la exposición "Baj y la patafísica", y al año siguiente hace cuarenta esculturas en mecano para un espectáculo con cuarenta títeres que lleva en gira por Europa su discípulo Massimo Schuster. En esta foto podemos discernir el Barco de Ubú delante  al Rey Ubú y la Madre Ubú a la derecha y a un Caballero de las Phynanzas a la izquierda. 


Con motivo de esta exposición, Baj escribe el artículo "Ubú y mecánica combinatoria", que puede consultarse en el catálogo del Ivam, donde leemos: "Todavía hoy se impone esta máquina para evocar la arrogancia cínica del poder, de los reyes, de los generales y de los dictadores, siempre activos en la escena cotidiana" (perdonémosle al pobre Baj lo de "todavía hoy", cuando esa maquinaria no ha hecho sino acrecentarse monstruosamente en tiempos recientes y no hace sino aumentar día a día).

No es mucha la calidad con que se reproduce en Invisible Heads el objeto El volcán fantasma de Alfred Jarry , que formó parte en 1989 de la exposición de San Francisco "Magnets of the Polar Horne", situada bajo el signo de Charles Fourier:


En 1990, Annie Le Brun hace un posfacio al Supermacho, luego recogido en De l'épèrdu. Escribe en este ensayo extraordinario que "si Rimbaud y Lautréamont son desertores, Jarry es un saboteador", y que "raramente la fuerza poética habrá estado tan evidentemente ligada a la revuelta". Debe leerse también la entrevista que dio a Art Press, con motivo de la aparición del libro, donde lo considera "la gran novela del siglo" para luego aproximarlo a La mariée de Duchamp.

Se acerca ya el centenario de nuestro héroe (1996), y Pierre Alechinsky lo celebra con una serie de litografías (también de fácil visión en la red), para una edición de cincuenta copias:


domingo, 7 de abril de 2024

Alfred Jarry y el surrealismo, años 70

Jorge Camacho, al igual que Alfred Jarry tan fascinado por el hermetismo, pinta en 1970 La chandelle verte. Ubú utiliza varias veces la expresión, en sus réplicas, y Jarry titula así la recopilación de sus crónicas de principio de siglo.


Estos dos textos de Vincent Bounoure sobre Jarry son también de 1970 y están reproducidos en L'Évenement surréaliste:




Al año siguiente se publica (Alexandre Iolas, 99 ejemplares) la edición 1898 de La chanson du décervelage con dibujos de Max Ernst



En el número 4 de Phases (1973), se reproduce en blanco y negro Ubú en África, de Jules Perahim. Cuatro años después, Perahim pinta otro Ubú en África:



1973 es el año del centenario de Jarry, y la celebración cuenta con estas páginas fascinantes de Jean-Pierre Guillon, en el mismo número de Phases:





El libro de André Lebois sobre el que llama la atención Guillon se había publicado en 1950. Hoy ya no se puede afirmar que la inspiración de Jarry en las acuarelas del pintor nórdico Gerhard Munthe no esté estudiada; me limitaré a señalar que la tercera de esas acuarelas incluidas en Les minutes de sable mémorial, es decir la que inspira el poema "Au repaire des géants", es la titulada "Le royaume des trolls", porque de esos trolls o gnomos del folclore escandinavo, sale la segunda sílaba del Dr. Faustroll.

Por una vez hago una excepción con un personaje bastante oscuro como el pertinaz estalinista de Cobra Constant, quien en 1986 pinta este Rencontre de Ubu et Justine:


Y llegamos a 1976, en que la exposición mundial del surrealismo, en Chicago, no deja de incluir en sus dominios el del Dr. Faustroll, a cargo de Robert Green, a quien debió la exposición su estructura laberíntica. Esta es la página dedicada en el catálogo, y debajo una imagen del dominio tal y como podía visitarse:



Una publicación de erudición pasional sobre Jarry aparece este mismo año: Ubu et quelques mots jarryques, por Jean-Pierre Lassalle, pero dada la envergadura del documento, le dedicamos una entrada independiente, junto a esta. Señálase que entre las expresiones járricas se encuentra la de "chandelle verte".

1978 es el año jarryano de Tony Earnshaw. El catálogo del Ivam reproduce la primera imagen, mientras que las otras dos vieron la luz ese mismo año en el número 8 de TransformaCtion, la revista de John Lyle que aglutinaba a los surrealistas británicos:




Con Miró el más persistente de los artistas de Ubú, Enrico Baj sigue encarnándolo con imágenes como este General Ubú en la intimidad, de 1979, o como La danza de Ubú, de fecha que desconozco: